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Introducci%u00f3nEn el actual siglo XXI, la noci%u00f3n del patrimonio cultural se enriquece cada d%u00eda con un enfoque antropol%u00f3gico y sociol%u00f3gico al considerarlo como un conjunto de manifestaciones diversas, que se han transmitido desde nuestros ancestros hasta las actuales y futuras generaciones como testimonio del desarrollo de la sociedad. La preservaci%u00f3n de la memoria hist%u00f3rica de cada pueblo y de sus referentes culturales, deben plantearse en funci%u00f3n de servir al enriquecimiento espiritual y material de la sociedad y en particular de aquello que representa sus ra%u00edces culturales y su identidad, por tanto, en la formaci%u00f3n de los profesionales es importante incidir en el conocimiento del patrimonio cultural de su naci%u00f3n y localidad, de modo que se potencie su patriotismo e identidad. (Simons, 2012, p.7)Desde lo social, el patrimonio hist%u00f3rico, es una herencia colectiva, producto de hechos acontecidos, personajes, objetos materiales que han trascendido a trav%u00e9s del tiempo, y el espacio social, que llegan a forman parte y esencia de la historia de un lugar, estos establecen nexos entre generaciones humanas que se forman mediante una construcci%u00f3n social, que es diversa y, responde a la sociedad a la cual pertenece.La gesti%u00f3n del patrimonio ya no puede vincularse exclusivamente con su tradicional funci%u00f3n de conservaci%u00f3n monumental enmarcada en los centros hist%u00f3ricos. El reto del sector Patrimonio est%u00e1 desplaz%u00e1ndose hacia los %u00e1mbitos estrat%u00e9gicos del desarrollo, alineando los recursos de la cultura, de las identidades, del patrimonio inmaterial, del paisaje, del agua y de la naturaleza hacia fines concretos de mejoramiento de calidad de vida, generaci%u00f3n de trabajo, desarrollo de la econom%u00eda social y solidaria, contribuci%u00f3n a la sustentabilidad ambiental, cohesi%u00f3n social y sentido de pertenencia. (Correa y Espinosa, 2012)El patrimonio inmaterial lo forman las creaciones surgidas de la creatividad del pueblo, que dan sentido a la vida y constituyen las tradiciones culturales que se originaron en una comunidad, que tienen una forma de decir y hacer que la distingue de otras, es un mensaje espiritual que trascendi%u00f3 en su momento hist%u00f3rico y se arraig%u00f3 en ella, llegando a formar parte de su memoria hist%u00f3rica como un s%u00edmbolo de su cultura.La Conferencia Mundial sobre pol%u00edticas culturales de la Comisi%u00f3n de Desarrollo de la UNESCO (Organizaci%u00f3n de Naciones Unidas para la Ciencia, la Educaci%u00f3n y la Cultura) en M%u00e9xico, 1982 y a%u00fan vigente expresa:%u2019%u2019El patrimonio cultural no es s%u00f3lo el conjunto de monumentos hist%u00f3ricos, sino la totalidad din%u00e1mica y viva de la creaci%u00f3n del hombre%u2019%u2019.Nuestra Ley de Leyes( Constituci%u00f3n de la Rep%u00fablica de Cuba )en su T%u00edtulo I Cap%u00edtulo I sobre Principios Fundamentales, Art%u00edculo 13, establece los postulados h,e,i, relacionados con la necesidad de proteger el patrimonio natural, hist%u00f3rico y cultural de la naci%u00f3n, y asegurar el desarrollo educacional, cient%u00edfico, t%u00e9cnico y cultural del pa%u00eds. Por ello en Cuba se han trazado estrategias para reafirmar la identidad cultural cubana y latinoamericana teniendo en cuenta que hoy est%u00e1n en juego no solo las conquistas m%u00e1s elevadas del ser humano sino su propia existencia, por lo que se pone de manifiesto el papel de la cultura como instrumento de emancipaci%u00f3n de los pueblos. %u00a8Ser culto es el %u00fanico modo de ser libre%u00a8, asever%u00f3 nuestro ap%u00f3stol, revelando su comprensi%u00f3n de la cultura como fundamento de los valores y por tanto de propia liberaci%u00f3n humana. De ah%u00ed su concepci%u00f3n de la cultura y la libertad. (Mart%u00ed, 1875, t.8, p.289)Entender plenamente el presente es sin%u00f3nimo de conocer hechos pasados, esos que constituyen los or%u00edgenes de hoy y tienen la virtud de ense%u00f1ar c%u00f3mo es y por qu%u00e9, esos que conforman la conciencia y le incorporan esos valores que distinguen la identidad nacional, por ello la escuela cubana como instituci%u00f3n social, depositaria de un encargo social fundamental y complejo se orienta a la formaci%u00f3n de las nuevas generaciones para hacerlas capaces de defender y salvaguardar sus conquistas , de participar activa y creadoramente en la sociedad, supone el desarrollo de una personalidad que caracterice al hombre del presente y del ma%u00f1ana, multifac%u00e9tica y arm%u00f3nicamente desarrollado, luchador incansable por los valores patrios e identificado y comprometido con su pa%u00eds.36